miércoles, 23 de agosto de 2006

Foto de Evgeniy Shaman

Eres la hija del bosque, o así te llaman por lo menos. Las gentes del lugar te tienen miedo porque se dice que raptas a los niños y los escondes en los huecos de los árboles. También dicen que a una palabra tuya, estos te obedecen ciegamente. Dicen y dicen, pero nadie habló nunca contigo. En su momento hicieron batidas, para acabar contigo, pero siempre pudiste despistar a los perros. Pero nadie intentó nunca hablar contigo. Incluso en una ocasión, prendieron fuego a una parte del bosque para tratar de abrasarte en tu refugio. Pero nadie intentó nunca hablar contigo.

Si lo hubieran intentado, habrían sabido que tú eras la primera en estar harta de estar sola, la primera en desear más compañía que el cantar de los pájaros durante el día y la luz de las estrellas por las noches. La primera en necesitar “contacto humano” – al menos, así lo llaman, o así te pareció entenderlo una vez que robaste una conversación -. Si lo hubieran intentado, habrían tenido la oportunidad de conocer tu historia, de conocerte mejor, de hablar contigo. Ahora ya es tarde. Ya eres la hija del bosque. Ya no recuerdas cómo es eso de hablar.

4 comentarios:

  1. me voy a poner trascendente)

    Todos alguna vez llegamos a ser hijos del bosque. Incluso aun aparentando otras cosas, llegamos a tener partes que han intentado acorralar, abrasar y que han pasado a pertenecer al bosque, y están tan dentro de él que ya no recordamos como pronunciar palabras acerca de aquello.

    (ya he salido de mi trascendencia)

    Muy bonito. Y si te pones trascendente, mucho más.

    BSS

    ResponderEliminar
  2. Dices las cosas tan bien, tan bonito, tan de verdad, que asustas, ni?o.

    A veces se nos olvida el camino, sabemos a dónde queremos ir, pero no tenemos ni idea de por dónde ir. Y nos quedamos ahí clavados, quietos, esperando una indicación que no termina de llegar por ninguna parte. Otros ojos nos miran como "raros" sin darse cuenta de que deseamos no serlo, que queremos ir a una parte pero no sabemos ir. Y es posible, no deseable pero sí posible, que un buen día ya no queramos ir a parte alguna, que nos quedemos quietos sin esperar nada.

    (Aquí quiero seguir viniendo, por mucho que se me cuelgue hoy el sistema, que para algo tengo bien guardaditos los mapas de acceso ;)

    Besos de los que saben perfectamente a dónde quieren ir.

    (esto está fatal, ayer no me dejaba comentar ni mal ni bien ...)

    ResponderEliminar
  3. Hablar y respirar, son dos cosas que no debemos olvidar si es que queremos seguir existiendo. Hablar para decir lo que sentimos, pesamos y creemos... pero a veces, solo a veces, un silencio nos dice mas si le ponemos atencion.
    Escribes muy bello, besos.

    ResponderEliminar
  4. Lhuna: Poco más te puedo decir que no hayamos hablado ya, verdad?
    Me gusta tu trascendencia.

    Glauka: Como de costumbre, exageras, pero muchas gracias.
    Lamentablemente conocer, conocer, solo a veces.

    Elena: Mejor no olvidar ninguna de las dos cosas, no.
    Muchas gracias por leerlo, besos a ti también.

    Perdonad por el retraso en contestaros, trataré de que no se repita.

    Besos variados

    ResponderEliminar