La sangre sobre la nieve es más roja. Y el sonido de una bala que rasga el silencio es más aterrador. Y el pánico en los ojos no se ve si el que se desploma está de espaldas. Y en lo que llega la bala a su destino, tienes tiempo de sobra de arrepentirte de apretar el gatillo. Y si no lo haces entonces, no lo harás nunca. Y el cuerpo que cae en blando no enjuaga la culpa. Y poco importan las razones. Y no, no es lo que te habían dicho, no es sencillo, no es rutinario, no es como cazar ciervos. Y sí, seguramente se lo merecía, seguramente haya más de una víctima, seguramente no era el final soñado, seguramente. Pero eso no te va a hacer sentirte mejor, eso no va a borrar el dolor, no lo va a atenuar siquiera un poco. Y por supuesto, no va a dejar la nieve más limpia.
La sangre sobre la nieve es más roja. Y el sonido de una bala que rasga el silencio es más aterrador. Y el pánico en los ojos no se ve si el que se desploma está de espaldas. Y en lo que llega la bala a su destino, tienes tiempo de sobra de arrepentirte de apretar el gatillo. Y si no lo haces entonces, no lo harás nunca. Y el cuerpo que cae en blando no enjuaga la culpa. Y poco importan las razones. Y no, no es lo que te habían dicho, no es sencillo, no es rutinario, no es como cazar ciervos. Y sí, seguramente se lo merecía, seguramente haya más de una víctima, seguramente no era el final soñado, seguramente. Pero eso no te va a hacer sentirte mejor, eso no va a borrar el dolor, no lo va a atenuar siquiera un poco. Y por supuesto, no va a dejar la nieve más limpia.