Hay escépticos, siempre los hay, que podrán razonarlo (de hecho lo harán) como consecuencia la mar de lógica de la cascada hormonal. Todo es química, al fin y al cabo, todo es lo ineludible de la ciencia obstétrica y ginecológica. Todo no es más que una preparación puramente animal y evolutiva para ese fin supremo de la especie, esa necesidad de perpetuarse. Sí, sí, sí y más sí. Lo que quieras. Pero no deja de parecerme increíble la maternidad. Increíble que con todos los millones de cosas que pueden salir mal, casi siempre salga bien. Me dirán que un porcentaje muy alto de las veces que sale mal pasa desapercibido incluso para las madres, un casi siempre bastante relativo por tanto. Y tendrán razón, pero aún así, me parece fantástico cuando todo va bien.
No conozco en mis carnes lo que supone esa suerte de parasitismo elegido, no conozco en mí mismo lo que ha de ser notar por dentro una patada, un giro, un movimiento inesperado. No conozco desde dentro lo que se siente al dar a luz, la experiencia del embarazo ni la del parto en sí y aunque sí he tenido la inmensa fortuna de sentir manitas abrazando tus dedos, primeras sonrisas -y primeros abrazos, besos, palabras, pasos, llantos, etc.- y todo lo que puede llegar a ser la paternidad (por lo menos en lo que se refiere a los primeros años), envidio con dolor casi la Maternidad. Porque esa sí debe llevar mayúscula siempre, porque esa sí concierne, sí cuenta, sí es importante. O Importante, realmente.
;i espinita clavada, niño. Punzadas una tras de otra leyéndote.
ResponderEliminarUn beso.
glauka: Siento de veras que te resulte de ese modo.
ResponderEliminarBesos, dama blanca (ten paciencia, todo llega ya verás)
Yo no soy madre, querido Avatar, pero me sobrecogen tus palabras de este post, una tras otra.
ResponderEliminarFelicidades de nuevo.
Besos orgiásticos
(Por fin regresé a tu casa. Me iré deleitando poco a poco en tanta belleza atrasada.)
Ella: Gracias por las felicitaciones (dobles).
ResponderEliminarEspero que vayas volviendo, sí, aunque no esté de acuerdo en tus piropos.
Besos, Ella.