miércoles, 6 de junio de 2007

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Una noche, hace algunas ya, cogí al Rubio en brazos para llevarle a la cama. A la mañana siguiente, el crío que acuné se había transformado en una persona de metro veinte y pelo castaño. Asustado, corrí a mirar por toda la casa, buscando otros cambios, otras metamorfosis. Pero nada más había variado.

Aliviado, volví a su cuarto, nos sentamos a charlar y comprendí que tampoco en él había más cambios, seguían allí las preguntas con respuesta postergada –que no olvidada, no podría permitírmelo ni el ex-rubio me dejaría-, la metafísica, la nobleza. Seguía todo tal y cómo estaba la noche anterior. La risa, la sinceridad, la justicia, la lógica, el cariño... quizás fueran aún más pausadas, más reflexivas, más maduras, no podría asegurarlo.

El nuevo rubio, el Castaño claro de momento –viendo los antecedentes terminará Castaño sin más o Moreno pero poco casi seguro-, sigue despertando los mismos sentimientos que despertaba el antiguo y añade a su haber una renovada capacidad para la razón y la conversación encantadoras.

El Castaño claro sigue teniendo sus cosas propias de su metro veinte escaso, su inocencia, la ingenuidad intacta, la hidalguía esa que se olvida de adulto, la bondad intrínseca que se hace extrínseca, casi centrífuga cuando, por aspersión, la arroja sobre la Ex-Rizos o sobre mí o sobre su madre. En ese momento (y en los correspondientes y correspondidos abrazos y besos) la diabetes se dispara y la saliva forma charcos a mis pies, charcos eternos de cariño imperecedero.

Aunque cambie, aunque siga cambiando, será rubio per se y para siempre.

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A Jorge, por existir, por ser parte de razón primera.

10 comentarios:

  1. Rubio seguirá siendo Rubio por mucho que se le oscurezca el pelo

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  2. Saludos Cosmopolita.

    He colocado un link a tu espacio desde el mio. Espero que no te moleste. En el caso de que asi sea solo tienes que decirmelo y lo retiraré.

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  3. Paso si mucho tiempo, prometiendo volver...
    Mientras tanto dejo un enorme abrazo.
    MentesSueltas

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  4. Ese niño mira muy bien.
    Lleva todo eso que cuentas reflejado en los ojos infinitos.
    Me gusta el rubio.
    Un saludo, Avatar

    PD: Muchas gracias.

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  5. mercedes: Así lo espero, realmente.
    Un beso.

    nefastófeles: No me molesta en absoluto, es más yo he hecho lo mismo con el tuyo. Gracias.

    lola gracia: Gracias. Sí es bonito el crío, sí.

    mentes sueltas: Bienvenido de vuelta. Un abrazo.

    valeria: Lo lleva, siempre lo ha tenido ahí, más o menos en el fondo. Un saludo.
    Pd: no hay porque.

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  6. Ainsssssssss, me matas cuando hablas de tus críos, lo sabes.
    Y me gusta tu exrubio ... digo yo, si no te importará que espere pacientemente a que alcance la mayoría de edad ;) ... igual consigo engañarle jejejejeje!!!

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  7. Es curioso. De pequeño, también fui rubio durante un tiempo, pero luego me oscurecí. Todos nos oscurecemos con el tiempo.

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  8. para alegría de muchos, hay cosas que no cambian. En mi caso tenía el pelo liso y ahora se me ha rizado...mis ojos son los mismos y me alma se sale por ellos...

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  9. glauka: Y yo haciendo de suegro, que bonito, sí. Sale ganando él, la verdad.
    gracias

    Southmac: Por fuera y por dentro, cierto. Gracias por la visita.
    Saludos.

    alfinsolos: ...Y se derrama en cada letra que escribes.
    Gracias.
    Saludos

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