lunes, 16 de noviembre de 2009


Christine se despereza como los gatos, arqueando la espalda, lentamente, muy lentamente. Me mira y sonríe y el buenos días que sale de su boca todavía con voz pastosa, suena como si no fuera a haber nunca ninguno más. Christine se incorpora y la sábana que la cubría resbala acariciándola la piel. Queda de espaldas, desnuda la columna, las blancas bragas un poco descolocadas. La miro en secreto (aunque ella sabe que la miro y yo sé que lo sabe y ella sabe que lo sé). La recuerdo dormida hace poco rato, los ojos cerrados, el pulso tranquilo y la respiración pausada, los sueños ocultos.

Christine es de fresa y eso ella lo desconoce. Es la mujer del caleidoscopio en la mirada, la que nunca sabes lo que te vas a encontrar cuando cruzas los ojos. Oigo correr el agua en el baño, anticipando una ducha caliente. Me apresuro, compartir higiene elemental siempre es la mejor manera de ahorrar, la pertinaz sequía, ya sabéis. Bajo el líquido, Christine ya no sabe a fruta roja, es un sabor más profundo, más complejo. Como un enólogo de todo a 100 aspiro el aroma de su pelo, sin chorradas afrutadas, sin cítricos ni frutos secos, sin turbas ni nada de esto. Un abrazo, cincuenta besos, manos que entrelazan y labios que prueban y catan, ahora sí.

Desayunamos vino tinto, no puede ser de otro modo. Sin salir de la cama, compartimos copas y susurros. El espejo a los pies de la cama nos devuelve realidades, pero Christine, como la Alicia de Carroll está mucho más allá de un reflejo. No somos como los demás, me dice bajito. No somos como esas mujeres y esos hombres que llenan sus nadas de televisión. Ella no, desde luego. Ella es diferente, aún desintegrándose…




4 comentarios:

  1. ¡Caray, que el nexo común era precisamente la canción! Y yo diciendo que no me gustaba demasiado. Ja ja ja. Menuda metedura de pata.

    Para la próxima entrada prometo informarme antes de abrir la boca, y así de paso hacemos tríptico también en los comentarios ;)

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  2. Alvaro: Tampoco tenía porque gustarte.

    Lee la próxima hasta el final, no sea que te sorprendas... Jajaja

    Gracias por el comentario.

    Saludos

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  3. Somos reproducciones de un mismo cuadro.
    Cada uno, eso sí, único de una serie limitada.

    Un beso.

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  4. Neuroscopetrix: Pues sí, limitada a tantos ejemplares como cada cual decida.

    Besos.

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