La soledad que has encontrado no es la que buscabas, por eso te duele el alma de recuerdos de días pasados. El olvido, siempre amenaza, invade tus sueños tratando de conquistar tu mente, es de caramelo caliente y sólo esperas que no sea demasiado pegajoso, que no se agarre demasiado a tu cerebro y que te deje respirar.
Elegiste tú el retiro, para pensar decías, para centrarte, para quitarte de encima el ruido. Y el ruido va contigo, lo llevas dentro, te asfixia si le dejas. El ruido nunca es totalmente externo, yo lo sé, tú ahora lo sabes.
La soledad encontrada casi nunca es la que buscamos en su momento, por eso duele y se clava en lo más hondo.
ResponderEliminarPor mucha paz que busquemos fuera, si no la tenemos dentro de nosotros, todo nos va a dar lo mismo.
Besos bacanalescos.
Nunca sabemos que soledad buscamos. Buscamos, buscamos, y encontramos. Sólo así podemos ir aprendiendo.
ResponderEliminarBesos
Y qué soledad buscamos. No es posible saberlo muchas veces. Hay que sumergirse en ello para ir aprendiendo un poquito incluso de nosotros mismos y nuestras necesidades y deseos.
ResponderEliminarBesos
Si es que estamos como una puta cabra. Pensamos que son los demás los culpables, y la mayor parte de las veces nosotros mismos la vamos cagando poco a poco. Te dejan solo y piensas que es lo mejor, y entonces te enfrentas a ti mismo, a tu yo más gilipollas... y tienes que cargar con él, que remedio.
ResponderEliminarUn besitooooo Avatar!!!!
Ella: Es así, en efecto. A lo mejor el error está en buscar la soledad...
ResponderEliminarBesos para ti igualemente.
Pdta: Se te extrañaba...
Libertad: El problema viene cuando lo que encuentras no te gusta y desearias no haberlo encontrado...
Bienvenida, Libertad.
Lhuna: Es lo que tiene, Lhuna, es lo que tiene.
Besos.