martes, 31 de octubre de 2006

Foto de Jim McNitt

Perdida en medio de la gran ciudad, tu memoria es basura. Extraviada entre callejas cuyo nombre nadie recuerda, tu mente es un laberinto sin salida. Abandonada en la languidez del verano prolongada en un otoño de farsa, tus deseos son inútiles. Olvidada en lo inmenso (absurdo) del progreso humano, tus lamentos mudos no llegan a nadie. Violada por la cultura de la propaganda barata, del analfabetismo patrocinado y ultrajada por la globalización mercantilista (sólo esa merece la pena, el resto nos sobra, no nos da beneficios a corto plazo), tu agonía es permanentemente ninguneada por el mandamás de turno.

Estás rodeada por toda la mierda de la modernidad, del perfeccionamiento urbano; inmersa en un océano de publicidad engañosa (toda sin excepción), harta de las dictaduras disfrazadas (las sonrisas de los “profesionales del bien común” timan siempre), de los totalitarismos políticamente correctos (construidos con la sangre y las entrañas de tanta gente). No hay futuro (decían eso sólo) cuando tampoco hay pasado. Da igual a quien te quejes o lo alto que grites, no puedes romper su cerumen endurecido por otros gritos anteriores (“prohibido prohibir” estalló en las manos y en los bolsillos de los que lo gritaron, siempre menos –muchísimos menos- que los que dijeron haberlo gritado).

Rompe con todo eso, destruye lo construido, derriba muros, paredes, tapias, tabiques y refúgiate en lo más profundo de tu alma, donde no llegan especulaciones ni intereses corrompidos. Vuelve a casa, solo para armarte de valor y de ira, luego sales a la calle otra vez y, no seas tímida, mata (y muere) por lo que realmente te gustaría que fuera. Arrasa las calles, saquea las tiendas, roba los televisores, jarrealos con gasolina sin plomo y quémalos. Arranca los cables del teléfono y los de la luz. Pon bombas en las cañerías (el agua embotellada es lo bastante buena) y los campos de golf se secarán solos. Termina con la civilización contemporánea, el cine yanqui te ha contado que la Edad Media no fue tan mala. No te arrepientas de lo que hagas. No hay medias tintas. No hay piedad ante nada, ante nadie. Solo te queda el odio así que... que sea el fuego quien hable por ti. Que sea el caos tu mensajero y el apocalipsis tu mejor obra.

5 comentarios:

  1. Guauuuu!!!!!!!!!

    Me gustaría ser la "Polis" y ejecutar una por una cada una de las cosas que dice el último párrafo.

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  2. Intenso en intenciones, práctico a la hora de la verdad, útopico en lo esencial. Quien pudiera prescindir de todo eso? Me ha encantado.

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  3. A veces me gustaría ser así, pero no hay narices.
    Genial corazón, genial.
    (No me dejaba conentar el blogger)

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  4. Pobres ciudades, diría si no tuviera el corazón cosmopolita.

    Besos bacanalescos.

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  5. Lhuna: No, no te gustaría, créeme. Gracias por leerme. Besos.

    Belladenoche: Bienvenida, me alegro de que te haya gustado. Besos.

    Glauka: Es cuestión de planteárselo, de supervivencia. Gracias por lo de genial, mientes muy bien. Besos y ánimo, puedes hacerlo.

    Ella: Es cierto, la culpa no es de las ciudades, pero... Besos cosmopolitas (como no podía ser de otro modo).

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