¿Por qué te empeñas, desnuda, en que siempre sea verano? ¿Qué tiene de malo el otoño? ¿Por qué te refugias del frío? ¿Acaso no es mejor la búsqueda del calor que el mismo, regalado?
Duerme ahora, mi bella, duerme el dormir de las hadas, el descansar de lo eterno, de lo inmortal, de lo que perdurará siempre. Descansa en los brazos de todas las estaciones para poder ser, volver a ser, mañana, el duende de los despiertos, de los insomnes, la guardiana de los deseos, de los dulces y de los envenenados. Descansa, pues tienes que recorrer la noche buscando almas que guiar, pasos que señalar y caminos que ayudar a transitar.
Y te cantaran canciones, te escribirán versos, manos más hábiles que las mías y lenguas más inspiradas. Te susurrarán cuando caiga el sol, te buscarán los enamorados y te invocarán las mentes más preclaras, las de los niños pequeños...
Me encanta el oto?o, quizás por eso de que el calor buscado es mejor que el regalado.
ResponderEliminarTriste este texto, decadente ... huele a oto?o.
Soy de oto?o. Nada más.
ResponderEliminarBesos orgiásticos.
Glauka: Puede que sea decadente, sí, las hadas lo son... Gracias y más besos (de los de siempre)
ResponderEliminarElla: Ya somos dos (o más). Gracias de nuevo (se me van a gastar) y besos (esos no se gastan) de tierra húmeda.