miércoles, 31 de mayo de 2006

Foto de Emil Schildt

La tristeza es un sentimiento que un hombre como yo no puede permitirse. Esas lágrimas de media tarde (o de media noche, pero siempre de media) me parecen una mediocridad. Los hombres como yo, no lloramos. Reímos, bebemos, comemos, follamos (cuando nos dejan y no necesariamente en ese orden), pero nunca lloramos. Por supuesto que sentimos, no es cuestión de sensibilidad. E incluso a veces nos lloran los ojos. Pera esa no es la cuestión. La cuestión es que llorar, como correr, es de cobardes. Esa es la clave. Un hombre de verdad, al igual que no debe correr, tampoco ha de llorar. Podría ser confundido, si fuera visto llorando, con una de esas locas que pueblan hoy en día los espacios catódicos. ¿Y qué hay más horrible que ver puesta en entredicho la masculinidad de uno?. Nada, nada, de llorar, nada.

Bueno, en realidad hay una excepción. Un hombre de verdad puede llorar, pero sólo si su equipo de fútbol preferido acaba de perder o ganar la liga. ¿Qué hay más importante que eso?. Lo dicho, nada.

Y encima, me llamaba insensible. Parece mentira. A mí, que lo había dado todo por ella. Sin ir más lejos, dejé de quedar con mis amigos los viernes. Los sábados, no, esos son sagrados. Y los domingos al fútbol, claro. ¿Qué ella nunca salía con sus amigos?. Pero si no tenía amigos. Ni amigas, si a eso vamos. No creo que las mujeres con las que salía antes de irse a vivir conmigo puedan ser consideradas amigas. Si hubieran sido amigas suyas, se habrían alegrado cuando supieron de nuestra relación. Vamos, con amigas como esas...

Sí, ya sé que tuvo que dejar de trabajar. Pero, ¿qué pasa? ¿no le bastaba con el trabajo de la casa?. Así estaba todo hecho un desastre siempre. Incluso a veces, llegaba a casa y la cena sin hacer. Y encima esperaba que me la hiciera yo. ¡Como si no tuviera nada mejor qué hacer!.

¿Y el sexo?. Ese tema mejor dejarlo. La muy frígida decía que nunca tenía orgasmos. Parece mentira. Ni que todas las mujeres tuvieran que tenerlos. El orgasmo es cosa de hombres. Dios no hizo a la mujer para que tuviera orgasmos. En todo caso para proporcionarlos. Una blanda, eso es lo que era.

Pero bueno, a lo que íbamos. Eso, que un hombre, si es lo bastante hombre, nunca llora. Llorar es de débiles. Y de cobardes, como dije antes. En ningún caso se debe llorar y menos por una mujer. Que mi novia me ha dejado, ella se lo pierde. No creo que fuera por no llorar. A lo mejor influyó, no digo yo que no, pero no creo que fuera esa la razón. Además, las mujeres ya se sabe como son. Ésta, sin ir más lejos, lloraba por todo. Hasta cuando le daba algún cachete, que sin duda merecía. Lo dicho, una blanda.


5 comentarios:

  1. UFFFFFFFF.... sabía yo que este tema no es sólo de mujeres ... sabía yo que tú sabías cómo contarlo con acidez y realismo, sin dejar de criticar ... sabía yo que eres la leche!!!

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  2. Madre mía, cuánto regalito suelto por la vi?a del se?or.

    Besos orgiásticos.

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  3. Ya me venia apeteciendo a mí la ironía de Avatar.

    Un abrazo.
    Pol Ten Bock.

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  4. Glauka: Exageras, como casi siempre. En cualquier caso, me gusta que te guste, como siempre también.

    Ella: Besos para tí también, gracias por comentarlo.

    Pol Ten Bock: Otro abrazo para tí. Se te echa de menos. ?Para cuando tu esperadísimo (por mi y por más gente, seguro) blog?

    Saludos, abrazos y demás para los tres

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  5. ...Y lo malo es que estos casos existen. Y lo peor, que hay quienes los justifican.

    No dejes de darle a la tecla, ?eh? Un beso del trasto.

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