martes, 10 de septiembre de 2013

Anochece cada vez antes y amanece cada vez más tarde. Acaba el verano y con su final, vuelve lentamente la rutina habitual de estas fechas. Tan cansina como necesaria; tan imprescindible como pesada. Apetece, no obstante, menos sol y más frío, al menos a mí. Sobre todo ahora que ya se me han quitado las ganas de estrangular con mis propias manos al que dijo que este año no habría verano. Pero solo esas, aún me quedan ganas de estrangular a mucha...