miércoles, 31 de marzo de 2010

Ayer pensaba que mi padre nunca había olido a cuero ni a tabaco, como me harté en su momento de leer que debían de oler los padres. Nunca fumó (salvo algún devaneo con una pipa, que eso ni es fumar ni es nada) y si vistió ropa de cuero, esta estaba lo bastante tratada como para no desprender ningún olor especial, que yo recuerde. Ayer pensé que mi padre cuando me llevaba al fútbol, cuando me hizo del atleti, cuando consiguió que me enamoraran esas...