jueves, 23 de octubre de 2008

Una mañana no muy lejana, este ciego que dice escribir y ser leído algunas veces leyó -releyó debería decir- una frase del genial “granaíno” Val del Omar. Se vio harto, muy harto de antifaces, cansado de hipocresías y de jabón inmerecido, ahíto de mediocridad como solamente un mediocre puede sentirse. Decidió que era el momento de romper, de destruir, de tener esa fe en el caos que también predicaba el poeta (y cantaban los asimismo “granaínos” Lagartija...